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miércoles, 2 de marzo de 2011

EDAD MEDIA



El hombre en la Edad Media. Lucien Febvre, citado en “El Hombre Medieval”, Le Goff Jacques

“El hombre, medida de la Historia, su única medida. Aún más, su razón de ser. (…) los hombres, los únicos objetos de la Historia- de una historia que no se interesa en no sé qué hombre abstracto, eterno (…) los hombres mirados siempre en el marco de las sociedades de que forman parte. Los hombres miembros de estas sociedades en una época bien determinada de su desarrollo, los hombres ejerciendo múltiples funciones, con preocupaciones y actitudes diversas, mezclados entre sí logrando un modus vivendi que se llama la Vida” Lucien Febvre


ESQUEMA PRESENTACIÓN DE LOS PRINCIPALES TEMAS DE LA EDAD MEDIA FEUDAL


EL FEUDALISMO. Consolidación del poder señorial en la ALTA EDAD MEDIA


   Durante las invasiones de los pueblos bárbaros, ocurridas durante los siglos IX y X, los robos y los saqueos se repetían, al igual que los incendios de poblados y campos. Los reyes europeos, incapaces de defender a sus súbditos, se vieron obligados a delegar la defensa de las distintas regiones de sus reinos en los nobles locales, quienes aumentaron así su poderío y lograron más independencia del poder real. A partir de entonces, esos nobles comenzaron a ejercer el derecho de ban, que consistía en el derecho de mandar y castigar, de asegurar la paz y de fijar los impuestos. Así, entre la segunda mitad del siglo IX y el comienzo del siglo XI, el poder de los reyes se debilitó mientras aumentaba el de los señores locales.


Embarcación Normanda

Vikingo
   Poco a poco, los reyes debieron reconocer formalmente el poder que los nobles habían ganado, otorgándoles el usufructo –es decir, el derecho de uso y explotación– de las tierras del reino que habían defendido. Estas tierras comenzaron a llamarse feudos.
Pasado el tiempo, los nobles más importantes (condes, duques y marqueses) otorgaron feudos más pequeños a nobles menos poderosos (castellanos y caballeros) mediante el mismo tipo de contrato. Así fue cobrando forma una pirámide social (la llamada pirámide feudal), en la que el rey ocupaba el punto más alto, los nobles a cargo de los feudos más grandes la franja intermedia y los nobles menos poderosos, la base. Sobre esta base se conformó el feudalismo, una forma de organización social, política y económica, basada en la fragmentación del poder y la importancia de las lealtades personales. 

Blog: Siempre Historia, por Alejandro Justiparan


LA SOCIEDAD EN LA EDAD MEDIA FEUDAL
Fuente: George Duby "Guerreros y campesinos"

   La sociedad feudal se basaba en la desigualdad jurídica. Era fruto de un sistema jerárquico en el que existían grupos privilegiados, conformadas por los nobles y los sacerdotes, y sectores que carecían de privilegios, los  artesanos, campesinos libres y siervos. Este orden social, en el que la clase privilegiada era la menos numerosa, era  la poseedora de las tierras, un orden querido y  defendido por la Iglesia católica, que afirmaba que lo había creado  Dios y que la pertenencia de las personas a cada grupo  quedaba definida desde el nacimiento. A continuación exploramos las características de cada grupo social u estamento:


El Guerrero y el Caballero


“Durante el siglo X se sustituyó la vieja división de la sociedad antigua de diversos grupos humanos por otra sociedad limitada a grupos de Libres y siervos. Los libres nobles y laicos , que eran los menos, tenían el privilegio de llevar armas y combatir y estaban por su función militar liberados de pagar impuestos y cultivar la tierra (que por lo general poseían), así como cualquier otra tarea que implicara trabajo manual por considerarlo deshonroso. Este grupo de guerreros vivía al igual que los religiosos del trabajo de los campesinos y siervos. (…) El mundo del siglo X era duro, peligroso, inestable; sólo la pura sobrevivencia constituía una preocupación constante. Las invasiones Vikingas, magiares (húngaros de las estepas) y sarracenas (musulmanes, asolaban las costas europeas atormentando a las poblaciones. Además de las invasiones de pueblos extraños debemos sumar las luchas internas de la aristocracia guerrera cristianizada solo superficialmente aumentando los peligros para la gente. (…) la Europa de la época se llena de castillos de grandes señores guerreros y caballeros. Éstos se constituyeron en un elemento defensivo decisivo, en cuanto al poder de protección que los señores podían ofrecer a los humildes en una época turbulenta. Los castillos ubicados en zonas estratégicas modelaron una forma de existencia basada en la autodefensa y el autogobierno. (…) La dureza de los tiempos determinó la aparición de una nueva sociedad basada en relaciones de dependencia personales en fuerte y débiles, quienes cedían sus derechos y libertades a cambio de protección. En este sentido los guerreros fueron protagonistas de la sociedad feudal, donde combatir, rezar y trabajar los campos se consideraban, aunque a distinto nivel de dignidad, los tres aspectos fundamentales de la vida civil, los tres pilares del mundo cristiano.


El Caballero Medieval


La caballería medieval, la feudalidad y las relaciones hombre a hombre según George Duby: “Europa en la Edad Media” Paidós.

“En la Europa del año mil, la realidad es la que llamamos feudalidad. Es decir, las maneras de mandar adaptadas a las condiciones verdaderas, al verdadero estado, áspero, mal desvastado de la civilización. Todo se agita en este mundo, pero sin camino, sin moneda o casi, ¿quién puede hacer ejecutar sus órdenes lejos del lugar donde él se encuentra en persona? El jefe obedecido es aquel a quien se ve, a quien se oye, a quien se toca, con quien se come o se duerme. La invasión de los paganos sigue siendo amenazadora, el temor y la inestabilidad permanecen por mucho tiempo; el jefe obedecido es aquel cuyo escudo está allí cerca, que protege, vela sobre un refugio donde el conjunto del pueblo puede encontrar abrigo, encerrarse, hasta que pase la tormenta; la feudalidad es por consiguiente, en primer lugar, el castillo. Innumerables fortalezas diseminadas por todas partes. De tierra, de madera, algunas ya de piedra, sobre todo en el sur. Rudimentarias: una torre cuadrada y una empalizada son el símbolo de seguridad. Pero también son amenazas.

Escena del film "Robin Hood" 2009

 En cada castillo hay un enjambre de guerreros. Hombres a caballo, caballeros, y especialistas de la guerra eficaz. La feudalidad afirma la primacía sobre los demás hombres. Los caballeros- una veintena, una treintena- que por turno montan la guardia en la torre, salen de ella con la espada en puño, exigiendo como precio de la protección que aseguran ser mantenidos, nutridos por el pueblo llano y desarmado. La caballería campa sobre la Europa de los campesinos, de los pastores y de los hombres del bosque. Vive del pueblo, duramente, salvajemente, aterrorizándolo: un ejército de ocupación”.



EL CASTILLO MEDIEVAL 



 Centro de poder señorial: El Castillo
   El castillo tenía ante todo una función militar, protegía al señor y a su familia del ataque de las tropas enemigas. También era un centro de poder donde se tomaban decisiones importantes o se acudía en busca de justicia y protección. Entre sus elementos más importantes estaba la torre de homenaje, allí residía el señor y su familia. En la gran sala, del primer piso, se celebraban las recepciones y los consejos, y allí el señor impartía justicia. En los pisos superiores estaban las habitaciones de los señores, su familia y los invitados, y, arriba de todo, la de la servidumbre. En caso de ataque, la torre del homenaje era el último refugio y la parte más fácil de defender.




Los Monjes y clérigos

   Entre los siglos X y XII el cristianismo auténtico se redujo a la vida monástica. La memoria de aquella época pasa casi en exclusivo a través de las voces de los monjes-o de los sacerdotes en que los monjes habían influido de manera profunda-, las acciones y las obras de los demás protagonistas de la historia llegan a nosotros principalmente a través de la óptica y la forma de ver de la cultura religiosa, sobre todo monástica. Fue la Iglesia católica en su papel preponderante político y espiritual como autoridad visible la que ofreció un modelo de acciones sometiendo a todas las demás realidades sociales a sus propios esquemas religiosos y culturales. A través de los monasterios se ofrecía el ejemplo de un mundo autosuficiente y perfectamente regulado en todos sus aspectos: Un centro de oración, de trabajo y de cultura. Los monjes aprendían a escribir y a leer y tenían la obligación de leer dos o tres horas por día textos bíblicos, lo que trajo consigo que los Monasterios tuvieran bibliotecas, escuelas y Scriptorium (copiado de libros manuscritos) que hacían de él un lugar exclusivo y culturalmente protegido. A las tareas intelectuales sumaban los trabajos agrícolas ayudados por campesinos.


Catedral de NOTRE DAME de París
   El apego del campesino a la Iglesia, sobre todo a la iglesia de su aldea era de cualquier modo generalmente profundo. La iglesia de su aldea no era sólo el lugar de la oración, sino también el corazón de la comunidad, manifestado por la misma altura del edificio sagrado (altura compartida en algún caso con las torres y los palacios señoriales) sobre las casuchas de los habitantes. En la iglesia, en la plaza de la iglesia o en el cementerio se reunía la asamblea de la comunidad, hasta que se construyeron edificios destinados a ese fin. En la iglesia el párroco hacía los más variados anuncios de interés colectivo, tenían lugar muchas fiestas, no sólo de carácter religioso. Sus campanas no sólo llamaban a la oración, sino que marcaban las horas de la jornada, servían además para combatir los temporales, para mantener alejados a los lobos, avisaban de los incendios y anunciaban la guerra. La participación en la vida de la parroquia constituía una educación política del campesino. Este se preocupaba de observar el comportamiento del párroco, de colaborar con el cuidado del edificio.


El campesino

El trabajo en el campo

“Muchísimas eran las diferencias en la vida agrícola y de las condiciones ambientales de un extremo a otro del continente europeo. El perfil del hombre de campo cambiaba de una región a otra. Aun así la gran mayoría de los campesinos a pesar de dichas diferencias pertenecían a una clase de pequeños productores. Los mismos con su trabajo agrícola mantenían a los grupos privilegiados (señores feudales y religiosos) a través de diversas tareas: Cultivo (cereales, frutos, hortalizas, vid), pastoreo, utilización de los recursos del bosque, etc. Como los campesinos recibían de los grandes señores feudales, laicos o religiosos, las tierras para cultivar alimentos su mayor preocupación era la de asegurar a su propia familia (a través del cultivo de los mansos) y a los que tuvieran derechos sobre sus campos y sus productos (trabajo en las reservas del señor) la producción de cereal, que constituía el ingrediente primario de la alimentación humana, sobre todo de las clases más modestas”.



El pan de cada día

En cuanto a los cereales como es el caso del trigo, es importante destacar que con el mismo se preparaba el pan, principal alimento de la dieta campesina y siendo además un factor de diferenciación social característico en la medida en que la calidad del pan ponía de manifiesto la jerarquía social a la que pertenecía cada hombre. Para fabricar el pan de los más pobre se utilizaba la espelta y el sorgo que daban como resultado un pan oscuro y de baja calidad alimenticia.


 El pan blanco estaba reservado a los grupos privilegiados. La necesidad acuciante de pan llevó a que en la mayoría de las comunidades agrícolas naciera un sentido de autosuficiencia para lograr lo necesario.


Por su parte la debilidad de la agricultura de la época frente a los caprichos de la naturaleza y la amenaza siempre inminente de la carestía unida a la dificultad de los transportes a distancia de los productos, explican esa actitud de hacer de cada señorío un espacio productivo autosuficiente: con su propias leyes, costumbres, impuestos, monedas, milicia y tipos de producción agrícola y artesanal.





El campesino y el señor


   La colaboración entre comunidad campesina y el señor era localmente indispensable pero igual de inevitable era el conflicto de intereses. Al señor el campesino le podía, de vez en cuando, reprochar muchas cosas: Una excesiva predisposición a la guerra, el trato de sus oficiales, una injusta sentencia, imposiciones de trabajo personal o de dinero como el deseo de imponer el uso exclusivo del molino hidráulico del señor y la contribución en dinero además de las de productos, para compensar la protección y medios de subsistencias que les daba. Debido a estos factores la desconformidad campesina se reflejaba en rebeliones periódicas o resistencias silenciosas. Por medio de las luchas campesinas contra señores abusivos se obtuvieron cartas de libertad de pueblos y pactos y acuerdos escritos que limitaban la posibilidad de abusos señoriales.


El campesino de la última etapa medieval-feudal


Pintura de una ciudad medieval


   Sobre el final del período medieval los campesinos encontraron en las ciudades renacientes una serie de beneficios que debilitaron el poderío de los señores. Muchas veces obtuvieron de las autoridades de las ciudades el permiso de administrar tierras, abolición de censos y servicios más injustos y también la transferencia a la comunidad campesina del uso del molino sin pagar ningún derecho al señor feudal. Una aspiración común de los campesinos era obtener de cada señor una libertad de la persona cada vez más amplia a través de la disminución o cancelación de jornadas de trabajo obligatorio en las tierras señoriales, de la disminución de censos y arrendamientos, de una mayor libertad en la elección de cónyuge.

Ciudad medieval con sus típicas murallas concéntricas
    Dentro de las demandas campesinas tuvo un lugar importante  la conquistad de una mayor libertad de la tierra, ampliando su derecho a venderla, adquirirla o dejarla en herencia. Las ciudades fueron un elemento de liberación en la medida que permitieron a los campesinos ahorrar algo de dinero gracias a la venta de productos. Este hecho llevó a que los propios campesinos se diferenciaran entre ellos, factor que anunciaba nuevas realidades sociales, surgiendo una burguesía rural que se distinguían de los demás por haber ejercido una actividad artesanal o mercantil. En algunas regiones se instalaban en ciudades y en otras se quedaban en las aldeas para dominarlas.

El campesino ¿Bestia u hombre?

Los aspectos más conocidos sobre los campesinos están descriptos en documentos escritos por los grupos privilegiados. La sátira, por ejemplo, pone de relieve a menudo, junto a la suciedad, a la pobreza de su ropa y a lo rustico de su alimentación, una especie de ferocidad del campesino, que parece a veces colocarlo en un nivel intermedio entre las bestias y los hombres. Sin embargo una lectura atenta a las mismas fuentes escritas muestran por el contrario que el campesino europeo, más allá de las diferencias regionales sufrían realidades similares que nos ofrecen una imagen más cercana a su vida y sus sentimientos: duras condiciones de vida en general, carencia alimenticia, monotonía del trabajo, lucha cotidiana por la subsistencia, carestía, epidemias, enfermedades, peligros de la guerra, desprestigio, desprecio social y maltrato, leyes arbitrarias, coerciones económicas y sociales, falta de privacidad y poder de decisión familiar, etc. Además de esta situación precaria, la mayoría del campesinado era analfabeto, algo muy extendido en la época pero existían excepciones, particularmente en los territorios económicamente más avanzados y dominados por las ciudades, allí algunos campesinos enriquecidos o pequeños propietarios eran capaces de escribir con esfuerzo o al menos leer gracias al párroco. A pesar de todas estas realidades cotidianas el campesino no era en modo alguno un bruto desprovisto de ideas y aspiraciones.

 
VÍNCULOS ENTRE NOBLES: EL  VASALLAJE


   Este sistema de tenencia de la tierra y servicio personal se generalizó en la mayor parte de Europa, si bien sus formas específicas variaron mucho de un país a otro y, de un siglo a otro.
   El acto mediante el cual una persona se convertía en vasallo y recibía un feudo (por ejemplo, tierra) era solemne, lleno de colorido. El vasallo debía prestar el homenaje: se arrodillaba, con la cabeza descubierta y sin armas, y colocaba sus manos juntas entre las manos del señor. Luego decía: "Señor, yo seré vuestro hombre". 
 
Elementos intervinientes en la relación de vasallaje




   Al homenaje seguía la fe, el juramento de fidelidad que se prestaba poniendo el vasallo sus manos sobre las Sagradas Escrituras o una reliquia. Luego seguía la investidura: el señor investía al vasallo del feudo y con este fin le entregaba un objeto simbólico, una rama o un terrón que representaba la tierra enfeudada.
   Mediante el homenaje y la investidura se establecía un contrato que imponía obligaciones recíprocas.
El señor debía al vasallo protección y mantención. El vasallo debía ayuda y consejo. La ayuda más importante era el servicio militar o servicio de hueste: el vasallo debía presentarse con armadura y caballo y debía mantenerse con sus propios medios.


   Como un señor poderoso tenía a muchos vasallos, el vasallaje le proporcionaba las fuerzas armadas necesarias para defender sus propiedades y las de sus vasallos y siervos. Con el tiempo, el servicio militar quedó reducido a cuarenta días al año. El vasallo debía prestar ayuda pecuniaria: para pagar el rescate del señor que había caído prisionero, para dotar de armadura al hijo primogénito del señor que era armado caballero, para el matrimonio de la mayor, y para la partida del señor a Tierra Santa. El servicio de consejo comprendía, ante todo, la asistencia al tribunal del señor.

 LA EXPLOTACIÓN SEÑORIAL


 Existieron tres formas distintas que se superponían y mezclaban unas con otras.

1) Explotación doméstica entendiendo por esta designación el tipo de enajenación que ponía el cuerpo de una persona a disposición de otra. Era el residuo tenaz de la esclavitud. Los lazos de esclavitud no se habían roto, tomaron la forma de lo que llamamos comúnmente servidumbre. Ante todo el señor obtenía beneficios de su trabajo, en su casa y en sus campos y el servicio que esperaba de ellos era ilimitado. Estos campesinos ponían a disposición de la economía doméstica una mano de obra permanente, cuyo coste era el de la alimentación.

Pero este tipo de dependencia podía convertirse en una fuente de recaudación. Algunos campesinos establecidos lejos de su control, mantenían esta dependencia, y este lazo no eran solo servicios en trabajo, sino en tres clases de prestaciones: el pago de un censo anual en dinero, la obligación de pagar derecho a casarse con alguien que no perteneciera a la familia del señor y la parte que este recibía de la herencia de su hombre. En este tipo de señorío, se basó hasta fines del siglo XII la explotación de todo capital territorial de alguna importancia. Redujo considerablemente el recurso de los asalariados. Por las reservas de trabajo que podía movilizar era una de las bases fundamentales del poder económico.


  feudo

2) Señorío territorial: Este no se basaba en la posesión de seres humanos sino en la posesión de la tierra. Los ricos muy raramente cultivaban, con solo el trabajo de quienes dependían de ellos, toda la extensión de tierra que poseían. Concedían una buena parte a tenentes (mansos). Conceder la tierra equivalía a adquirir un poder: el de participar en los recursos de las familias tenientes y que éstas trabajaran sus tierras (reserva señorial). Esta participación no era ilimitada sino que estaba estrictamente fijada; era el cobro de una parte de la producción del manso, en productos agrícolas o en dinero. 

El Ban
3) El tercer tipo de explotación señorial deriva del ejercicio del derecho de Ban. Era en la práctica una especie de saqueo, legitimado, organizado moderado solo por la nueva moral de la paz y por la resistencia de la solidaridad campesina. Añadamos que esta forma de explotación se acumulaba a las dos primeras y con frecuencia competía con ella. Estaba mucho más concentrada que las anteriores, solo un pequeño grupo de señores se beneficiaban de sus ventajas, que eran las más considerables. La desigual repartición del poder de Ban creo la principal distinción en el interior de la clase señorial. Por un lado están los grandes o ricos hombres, que dominan desde muy alto a través de los intermediarios que son los intérpretes de las exigencias señoriales, las riendas del poder económico están en manos de estos auxiliares.

Los grandes son rentistas, y ceden una parte de su poder a quienes lo ejercen en su nombre.

Por otro lado están los demás señores, los simples caballeros, los monjes al frente de un priorato rural, y los mandatarios de los grandes. Más o menos ricos, tienen en común la característica de asumir directamente la gestión diaria de un dominio concentrado cuyas dimensiones no sobrepasan su capacidad de control. Para poder adecuar su comportamiento al de los ricos hombres cuyas cortes frecuentan se esfuerzan por acrecentar al máximo los beneficios del señorío.


EL BOSQUE EN LA EDAD MEDIA

1- El bosque como medio de subsistencia



  El bosque, ese universo profundo, sombrío e impenetrable, era también una fuente de ingresos importante para la sociedad medieval. Así, el rey y sus señores intentaron aumentar las extensiones de bosques de su propiedad, que les procuraban riquezas y placeres. Por el contrario, los campesinos y monjes luchaban por desbrozarlo, pues la población iba en aumento y se necesitaban más tierras para establecer nuestros cultivos, pastos y casas donde vivir.


Nueces del bosque

Hongos comestibles
    Algunas personas como los leñadores, tenían el bosque como medio de vida viviendo de lo que les ofrecía la madre naturaleza: recogían la miel o la cera de las abejas, amontonaban las cortezas para curtir las pieles o fabricar objetos de uso doméstico, y recogían hierbas, bayas o setas para alimentarse o hacer medicinas. Y durante todo el año vivían en cabañas construidas en medio de la espesura. Muchas eran las actividades que encontraban en los bosques las materias primas para llevarse a cabo. Los leñadores talaban los árboles y la leña necesaria para las casas o para los talleres y fábricas de forja, vidrio y ladrillos. Los carboneros, por su parte, transformaban la leña en carbón en el mismo corazón del bosque.

2- El bosque y la Caza: Placer de los nobles

"La caza en el bosque" Siglo XV Paolo Uccello
   En la Edad Media, se cazaban los osos y lobos, pues amenazaban a los rebaños; las ardillas y martas por su piel, y los ciervos y corzos por su carne, aunque también por puro placer. Las presas pertenecían al señor dueño del bosque, y sólo los señores tenían derecho a cazar, pasatiempo que practicaban a caballo, acompañados por perros y halcones. Las damas también cazaban, no así los campesinos, quienes se dedicaban a la caza furtiva, delito severamente castigado.


3- El bosque: "un universo mágico" Hablé con los jabalíes, y un viejo lobo se convirtió en mi compañero; cabalgué a lomos del gran ciervo y conduje su manada”.



En la imaginación de las gentes, el corazón del bosque estaba poblado de seres sobrenaturales como las hadas o los espíritus de los árboles y de las fuentes. Es cierto que los bosques acogían en su seno a grandes animales salvajes, como osos, lobos, jabalíes, pero las creencias populares añadían a éstos la existencia de leones o incluso dragones. Las brujas y los amigos de las fieras salvajes, hombres a quienes los animales obedecían, se ocultaban en los bosques para llevar a cabo sus ciencias y prácticas prohibidas. Por todas estas razones el bosque era atractivo y amenazador a la vez.


4- El bosque medieval hoy.
 
Bosque de Brocelandia Francia
   Existen hoy día en Europa múltiples lugares que mantienen intacto la atmosfera medieval, pueblitos, ciudades, edificios y por supuesto bosques; tal es el caso de Brocelandia que todavía hoy se puede visitar.  En él se puede pasear por lugares como el valle sin Retorno, la fuente de Barenton o el castillo de Comper, que recuerda a los héroes de la Mesa Redonda.La región de Bretaña (Noroeste de Francia) estaba en sus orígenes cubierta por un espeso bosque. Poco a poco, la colonización humana lo rebajó a un 10% de su superficie total. Pero aún sigue siendo una zona frondosa, y recorrer los bosques de esta zona es un auténtico placer.



Cerca de Rennes, la capital de la región, es donde se encuentra el bosque de Brocelandia, realmente llamado de Paimpont.


Éste es el punto de origen de numerosas leyendas celtas: Merlín y Viviane, el rey Arturo y sus caballeros… Los paisajes que verás aquí son muy variados, ya que está entrecortado por fallas y valles y sembrado de estanques. Así que, si lo visitas, prepárate para ver maravillas con nombres tan sugerentes como el Valle sin retorno, la Puerta del Infierno o el Santo Grial.


LOS PRIMEROS MONASTERIOS DE LA EDAD MEDIA
 Fuente: Gran Enciclopedia Universal Tomo II



   En el mundo medieval, los monasterios hacían la función de «ciudades de Dios», al igual que las villas, los pueblos y las aldeas eran las ciudades de los hombres. Eran microcosmos en los que los hombres y mujeres allí reunidos se entregaban al trabajo y la oración; en un mundo oscuro y bárbaro fueron los que preservaron la cultura clásica para los siglos venideros
   Desde hace miles de años han existido hombres que voluntariamente han abandonado la sociedad para retirarse a meditar y orar en soledad, son los ermitaños y anacoretas. En algunos casos, prefirieron agruparse en pequeñas comunidades en las que trataron de alcanzar estos mismos objetivos; de esta manera surgieron los monasterios, pequeños microcosmos autosuficientes, que se regían por sus propias reglas.
 Pronto, el resto de la sociedad, deseosa de lavar sus pecados y de ser incluida en las oraciones de los monjes, fue ofreciendo a los monasterios donaciones destinadas a ennoblecer los edificios monacales.


El origen del monacato


   Los orígenes del monacato se sitúan en el siglo III en el Mediterráneo oriental, donde, partiendo de la necesidad de un mayor compromiso religioso, numerosos eremitas y anacoretas decidieron llevar una vida ascética en solitario, siguiendo el modelo de santos como Elias o Juan. Sin embargo, también se desarrollaron formas de vida religiosa en comunidad; fue el caso de los cenobitas, que querían imitar a los apóstoles.


La regla de San Benito Abad

   El monasterio benedictino fue el germen de la arquitectura monástica occidental. Benito de Nursia se retiró a los veinte años para llevar una vida de ermitaño. Muy pronto, imitaron su ejemplo numerosos discípulos, atraídos por su santidad. Refugiado con algunos de ellos en Monte Cassino, en la comarca italiana de Campania, el santo escribió la Regula Sancti Benedicti, la norma que gobernó la vida monástica de todo el medioevo, según la cual los monjes debían rezar y trabajar (ora et labora) de manera equilibrada. Para ello se prestaba especial atención a la organización del horario, lo que determinó un mejor aprovechamiento de la luz y de las condiciones climáticas.
   Carlomagno mandó hacer una copia de la regla y ordenó su disposición en todos los monasterios del Imperio, hecho que contribuyó a la rápida extensión del benedictismo por toda Europa. Aunque la regla no específica las características de los edificios monásticos, en época carolingia se definió su esquema. Hasta la actualidad ha llegado el plano del monasterio suizo de Saint Gallen, conservado en el reverso de una biografía de san Martín. Gracias a él sabemos cómo era la distribución planimétrica de un monasterio del siglo IX, muy parecida a la de los posteriores centros cluniacenses. Al igual que sucede con todos los monasterios medievales, el emplazamiento de Saint Gallen no se eligió al azar, estaba en un lugar protegido y bien abastecido de agua, con una buena cantera, un bosque frondoso y unas ruinas romanas en sus cercanías...

 Algunos ejemplos:

PARTES DE UN MONASTERIO


Monasterio Medieval

   El esquema de la edificación no quedaba al puro arbitrio de la agrupación conventual, se regía por estrictas normas constructivas, en función de la vida cotidiana de los monjes; en lo fundamental, se tomaba como modelo la villa romana de explotación rural. En síntesis, este plano básico del monasterio constaba de cuatro conjuntos arquitectónicos diferenciados por su funcionalidad. El complejo quedaba articulado en torno al claustro, un área cuadrangular con un jardín en su centro. En él, los monjes gozaban dé un rincón de paz donde podían recogerse dentro de la comunidad, reflexionar sobre temas espirituales y realizar sus plegarias. El claustro estaba rodeado por una galería cubierta desde la que se accedía a las diferentes estancias, que comunicaban frecuentemente con la iglesia, el refectorio y la sala capitular. En el segundo piso se situaban los dormitorios de los monjes.


Monje en el scriptorium
  
   Esta distribución podía variar en función de diversos elementos, como las características o el clima del territorio. La presencia de otras estancias, como las dedicadas a la vida económica, estaba supeditada a la importancia o la riqueza de cada centro. Los amplios campos de explotación agrícola y el considerable número de monjes dependientes del monasterio hacían necesaria la edificación de almacenes, bodegas, establos, despensas, locales administrativos, etc.   El palacio del abad podía ser también testigo del prestigio adquirido por el monasterio.

Monasterio Benedictino de Saint Michel Francia (Normandía)
 Un tercer conjunto arquitectónico estaría asociado a la vida cultural desarrollada en el monasterio, cuyo eje se centra en la biblioteca y el scriptorium, además de en la escuela de novicios.
   Por último, otras dependencias servían para relacionar al monasterio con el exterior. La hospedería daba cobijo a los peregrinos que se hallaban de paso, aunque en muchas ocasiones albergaba a visitantes de renombre. También era importante la labor de beneficencia del monasterio, donde se socorría a pobres, enfermos y desheredados en hospitales o lazaretos.
  En suma, el monasterio estaba concebido fundamentalmente como lugar de plegaria más que de trabajo, pero, sobre todo, era un ámbito donde los monjes se dedicaban por completo al servicio de Dios. Alejados, pues, de una vida dependiente del trabajo manual, era necesario que el recinto fuese un remanso de paz que procurase un agradable retiro y aislamiento a sus moradores. Las edificaciones debían tener una medida justa y apropiada para la comunidad y, en cualquier caso, debían facilitar la vida litúrgica, los oficios y las oraciones.

Monje orando
  Cluny, tomado como modelo de monasterio por antonomasia, contribuyó decisivamente a la difusión por toda Europa de las soluciones del estilo románico empleadas en su construcción. Sus abades se empeñaron en convertirlo en una segunda Roma, una aspiración a la que no era ajena la idea de lo bello al servicio de la liturgia, ya que se consideraba que el esplendor y la pureza de las formas externas eran sumamente importantes para honrar a Dios debidamente.

CLUNY: Un modelo de monasterio



MONASTERIOS DE MUJERES EN LA EDAD MEDIA

  Las mujeres también desempeñaron un papel importante en el movimiento misionero monástico y la conversión de los reinos germánicos. Los así llamados monasterios duales, en los que monjas y monjes vivían en casas separadas, pero asistían juntos a los servicios religiosos, se encontraban tanto en el reino franco como en el inglés. Monjes y monjas cumplían una regla común bajo un superior común. A menudo, este jefe era una abadesa, en lugar de un abad. Muchas abadesas pertenecían a las casas reales, sobre todo, en la Inglaterra anglo-sajona.



Ruinas de un monasterio medieval
de mujeres


Por ejemplo, en el reino de Northumbría, Santa Hilda fundó el monasterio de Whitby en el año 657. En su calidad de abadesa, era responsable de conceder al estudio un importante papel en la vida del monasterio; cinco futuros obispos se educaron bajo su tutela. A las mujeres intelectuales, los monasterios les brindaban oportunidades para el aprendizaje, que no se encontraban en ninguna otra parte de la sociedad de su época.




SANTA HILDA
 

Escena de la serie gallega "Ás reliquias do santo" 2010

 Fuente: Civilizaciones de Occidente Volumen A



La vida cotidiana en la Edad Media

“La cerveza, bebida de pobres”, Marco Bicchierai. Historiador. Fundación Fransceschini, Florencia.
“La Aventura de la Historia” N° 14. Diciembre 1999.
   La cerveza, fabricada en casa por las mujeres del centro y norte de Europa, constituyó la bebida medieval de las clases humildes y formó parte de la paga de los soldados. Los nobles la desdeñaban, pero era alabada por las órdenes monásticas más austeras.
Durante siglos, el agua de los ríos, manantiales o pozos fue considerada –y en parte realmente lo era - como una bebida peligrosa, potencialmente portadora de enfermedades, que tan sólo se podía utilizar hervida y nunca para beber. Por otra parte. La leche se empleaba para la fabricación de queso o de mantequilla. Por tanto para apagar la sed, alimentarse, relajarse o embriagarse, solamente quedaban el vino, varios tipos de cerveza y algunos productos de fermentación, como la sidra.
El vino tenía una gran difusión, debido al valor simbólico que le daba la sociedad cristiana, pero en las zonas donde difícilmente se podía cultivar la vid, como sucedía en las Islas Británicas y en el centro y norte de Europa la importación lo convertía en un producto reservado a las clases privilegiadas. A las masas populares, que vivían en el campo y las ciudades, tan solo les quedaba la cerveza.
Los derivados de la fermentación de los cereales (cebada), que por norma general se definen como cerveza, formaban parte de la dieta humana ya en tiempos del Antiguo Egipto y de Babilonia. Los romanos por su parte favorecieron e impulsaron el vino que de ellos pasó directamente a la civilización cristiana. Los pueblos celtas y germánicos, sin embargo, estaban acostumbrados a beber cerveza, una costumbre que logró sobrevivir al empuje del vino en aquellos países europeos donde esta última bebida no era asequible a todos.
Los diversos tipos de cerveza proceden de la fermentación de cereales, generalmente cebada o avena, a los que se añade agua y levadura, con la inclusión de hierbas o aromatizantes. El uso del lúpulo (planta trepadora, de frutos en forma de piña que se empleaba para aromatizar a la cerveza y arle el sabor amargo tradicional) comenzó en la Baja Edad Media y se difundió lentamente a lo largo de la Edad Moderna. No podemos hablar del consumo de cerveza en la Edad Media sino de cervezas, subrayando para el período Medieval sus dos características principales: su fabricación casera y sus connotaciones como bebida de pobres.
 


    La Europa Medieval se distingue, por la gran importancia que tuvo el cultivo de cereales, que permitían, por un lado, poner en marcha las rotaciones de los terrenos para evitar que se agotaran y, por otro sembrar incluso en las regiones climáticamente hostiles. La cebada y la avena que podían ser sembradas después de la retirada de las nieves, eran especialmente apreciadas por los pueblos germánicos, como los sajones, los frisones y francos siendo la base de la alimentación en muchas regiones rurales del norte de Europa. De la mezcla de la cebada y la avena se obtenía la cerveza pero a diferencia de los que ocurre en la actualidad, era más frecuente transformar en malta la avena que la cebada.


   Las operaciones requeridas para crear la cerveza eran todas de fácil realización, ya que no requerían grandes medios técnicos y se podían llevar a cabo en cualquier lugar: pequeñas comunidades, castillos, aldeas y monasterios. El paso de la malta a la cerveza requería un poco más de tiempo, la malta debía molerse no muy finamente, después de ponía a hervir en una cierta cantidad de agua. Al caldo que se obtenía debía añadirse la levadura y las plantas aromáticas tales como tomillo, ginebra y romero. Transcurridos uno o dos días de reposo, la cerveza estaba ya preparada, pero se debía consumir antes de veinte días, ya que de lo contrario se estropeaba.

   A menudo eran las mujeres las que se ocupaban de fabricar la cerveza en ocasiones ayudadas por sus hijos, pudiendo comprara la malta ya preparada y utilizando los utensilios de los que disponían en la cocina. En algunos castillos señoriales o en las abadías se fabricaba la cerveza a intervalos semanales y no era obligatoriamente competencia de las mujeres. En las ciudades si bien existían cerveceros profesionales hubo que esperar hasta la Epoca Moderna para que aparezcan los lugares públicos como del tipo de los pubs ingleses o irlandeses o las cervecerías alemanas, en los que la gente se reúne para beber. Es de aclarar que en la Europa Mediterránea la cerveza nunca alcanzó el éxito que sí tuvo en el centro y norte del Viejo Continente.

   En los registros de época donde se anotaba el impuesto a la cerveza están llenos de anotaciones con el nombre de mujeres “cerveceras” que producían y comerciaban esta bebida, sin embargo las pautas de calidad y los precios eran fijados por los hombres. Se trató de un comercio con muchos tropiezos: los registros están repletos de cerveceras que intentaron evitar el pago de los impuestos, por otro lado a esto hay que añadir que la imagen que los hombres daban de estas “cerveceras” no era demasiado atractiva: las describen como feas, violentas, poco femeninas, y traicioneras mientras vendían la cerveza. Era esta la imagen que la Iglesia y las otras mujeres contribuían a fortalecer.



Cerveza para mojar pan: En la Edad Media el consumo de la cerveza era muy alto y se repartía a lo largo de toda la jornada, tanto para los hombres como para las mujeres y hasta los niños desde los cinco o los seis años.
   Se desayunaba con cerveza, mojando en ella pan seco, acompañado de queso, sopa de avena, verduras y en otras comidas del día cuando las había. Finalmente, con la llegada de la noche, se ahogaban en cerveza las fatigas de la jornada. Eduardo I de Inglaterra en el siglo XIII, estableció que sus soldados tenían derecho a recibir un galón de cerveza al día (unos 4´5 litros al día). Sin embargo la cerveza mantuvo un fuerte distintivo social ya que en campo o en la ciudad con o sin lúpulo la cerveza siempre fue una bebida de pobres, por su fabricación casera por sus características alimenticias y de sabor, por tener un precio relativamente bajo (siempre ligado al de los cereales), pero también y sobre todo por su imagen: en la sociedad cristiana solamente podía ser una bebida inferior al noble fruto de la vid, el vino.



EL ARTE DURANTE LA EDAD MEDIA FEUDAL

Fuentes: Fernández A., Barnechea E.,Haro J., "Historia del Arte", Vicens- Vives
Cómo reconocer estilos, manuales Parramón
Nusenovich Marcelo, "Introducción a la Historia de las Artes", Editorial Brujas.

    Las obras de arte de la Edad Media están estrechamente ligadas al pensamiento religioso, en especial al cristianismo. Todo el arte del medioevo está relacionado con imágenes religiosas, buscando más que una belleza sensible basada en la imitación de la naturaleza, una belleza figurativa basada en formas geométricas rompiendo con la herencia de la antigüedad clásica, también hay una búsqueda de una belleza que está más allá de lo sensible, es una belleza de concepto ligada directamente a la obra y lo que ésta simboliza (pensamiento de San Agustín). Hay poca preocupación por la imitación de la realidad y las obras, en especial la pintura, poseen un marcado geometrismo y esquematización. San Agustín reconoce una belleza sensible como aquella captada por el ojo, pero la cree una belleza no completa y que no está por encima de las almas. Para que la obra sea completamente bella debe haber una idea o un concepto basado en símbolos que puedan ser descifrados para alcanzar ese goce de comprensión y belleza comparadas con Dios.
  Estilo artístico predominante en Europa en los siglos XI, XII y parte del XIII, el Gótico y el Románico. Este último supone el renacimiento del arte cristiano, al agrupar las diferentes opciones que se habían utilizado en la temprana Edad Media y conseguir formular un lenguaje específico y coherente aplicado a todas las manifestaciones artísticas. No fue producto de una sola nacionalidad o región, sino que surgió de forma paulatina y casi simultánea en Italia, Francia, Alemania y España. En cada uno de estos países brotó con características propias, aunque con suficiente unidad como para ser considerado el primer estilo internacional de ámbito europeo.
OBJETIVOS DEL ARTE EN EL PERIODO
Iglesia románica
Los monjes y los nobles, en su condición de terratenientes, fueron los mecenas y clientes casi exclusivos de los artistas hasta el siglo XIII. El arte cumplió la tarea pública de exibir la majestad del poder. La iglesia católica dominó el mensaje:Cualquier poder en la tierra emanaba de Dios, muy lejano a los hombres y sólo accesible a través de la fe. Junto a los poderosos, el pueblo iletrado miraba el arte como una enseñanza biblíca en imágenes, que además constituía todo un manual de comportamiento social según los criterios morales de la religión católica. Durante el siglo X la religión penetró con gran fuerza en la vida cotidiana, desde los mismos monasterios se difundía el arte a través de la pintura, escultura y arquitectura religiosas. Todas estas manifestaciones fueron profundizadas con otras prácticas como las peregrinaciones y culto a las reliquias.
Novedades de la Arquitectura Románica



TEMAS DEL ARTE ROMÁNICO: Símbolos cristianos y profanos (Pintura)

Cristo en majestad, juez de los hombres

La representación de Dios. Imagen apocaliptica de Cristo-Juez. Cristo es presentado majestuosamente para juzgar a los hombres, dando fe de la grandeza divina y del fin de los tiempos. Representado frontalmente se halla sentado en el trono, inscrito en una aureola en forma de almendra (mandorla, en italiano).
La virgen María, considerada la anti- Eva o la nueva Eva (Ya no pecadora). La virgen era representada como mediadora entre Dios y los hombres comunes. Podía aparecer sentada en un trono en el frente de las portadas.
Los Santos, su culto surge de la necesidad del hombre medieval de contar con un intermediario de su propia naturaleza humana que le acerque a Dios.Las virtudes de los hombres transformados en santos debían servir de modelos de conducta. Las pinturas describían la vida de los santos según relatos recogidos en su mayoría, de laLeyenda Áurea, obra de un monje llamado Iacopo da Varazze.
El hombre y la mujer, no aparecen individualizados, pero lo más habitual era que aparecieran representando santos o santas. los episodios de la Biblia sobre Adan y Eva  permitían mostrar la relación de Dios y el resto de los hombres (Génesis).
La representación del tiempo: Los meses del año.  Son escenas que muestran muy bien el trascurso del tiempo humano, a través de su trabajo según la época del año. Destaca la representación de los meses del año en el interior del Baptisterio (Lugar de bautismos) de la Catedral de Parma (Italia) del siglo XIII, obra del taller de Benedetto Antelami.
El bestiario: Entre la realidad y la fantasía. El arte de los siglos XI y XII estuvo dominado por la representación del humano divinizado y por la de animales. Aquí es donde el artista pudo desarrollar una línea más imaginativa y fantástica. Desde la representación de animales domésticos, como el gallo o el perro, hasta fabulosos dragones, centauros, sirenas. las representaciones fantásticas también alcanzaron al humano, así San Agustín nos habla en su obra escrita Ciudad de Dios de la existencias de hombres con un solo ojo, de otros con dos sexos, incluso sin bocas. Todos estos seres relacionados con lo oculto y el pecado cumplían con la función de asustar a los fieles ya que en el caso de pecar se acercarían a ellos y no a la salvación divina.


Elementos de la Naturaleza. En la época románica los lugares físicos del medio ambiente casi no se describían, la naturaleza era identificada solo con el ser humano y los animales.  Con frecuencia se representaba la tierra con una serie de líneas paralelas y los árboles de un modo individualizado y simbólico rn ciertas escenas como en las del paraíso.  El cielo, los astros nunca parecían reales, siempre se pintaban con un fuerte contenido de misterio y fantasía. Muchos astros eran representados con rostro masculino (sol) y femenino (luna).
El gusto por el ornamento. El mundo románico sintió la necesidad de llenar los espacios vacíos, lo que exigió la inclusión de motivos ornamentales (función de adornos) fueron en la Edad Media muy ricos y variados. Formas geométricas, elementos de la natiraleza, etc.

EL LENGUAJE DE LA FORMA
El universo de imágenes creado por el artista medieval todavía puede resultar extraño para el hombre moderno. Para algunos estudiosos el arte románico es un arte ingenuo, realizado por manos poco diestras. pero también existen hipótesis según las cuales el arte románico utiliza voluntariamente la deformación para expresar la espiritualidad así como el poder de las  experiencias religiosas. Este arte no se basó en la imagen tal cual es obserbada en la naturaleza  sino en la esencia y el significado de las cosas. "El mundo visible era, en definitiva, reflejo del mundo invisible".
EL CONCEPTO DE ESPACIO
EL ARTE ROMÁNICO ES UN ARTE DE FIGURAS RECORTADAS Y DISPUESTAS DE FORMA PARALELA SOBRE UNA SUPERFICIE PLANA, EN LAS QUE EL COLOR (EN EL CASO DE LA PINTURA Y LA MINIATURA) SE EXTIENDE DE UN MODO UNIFORME, DIFERENCIANDO LAS ZONAS MÁS CLARAS DE LAS OSCURAS O FRACCIONÁNDOSE EN BANDAS SUPERPUESTAS.
   El arte románico no tuvo en cuenta ni la perspectiva ni la proporción. Pero la deformación de los cuerpos no siempre obedecía a cuestiones visuales de tratamiento del espacio, como se dijo, tenían que ver con un significado religioso de carácter simbólico y la mayoor o menor altura de los personajes respondía a la jerarquía que ocupaban en la escena representada.
LUZ Y COLOR
   En la pintura románica no se suelen mezclar los colores, por lo tanto las escenas no tienen vibración de luz. Esta ausencia afirma más la fuerza de las formas geométricas.  Para eel hombre del románico, la luz era el elemento que le daba color a las cosas y la que las hacía visibles o invisibles en la penumbra de las iglesias. Por esta razón la paleta del románico se basa en colores primarios y brillantes y no correspondía necesariamente con el color de la realidad,   por ejemplo, un cielo dorado, animales verdes, rojos o azules. Se deseaba lograr una armonía cromática independiente de la naturaleza de las cosas. Junto a los colores primarios, el blanco y el negro adquieren especial relevancia. El blanco como mancha, que otorga brillo y viveza a las figuras y el negro para delimitar las formas.

ARQUITECTURA GÓTICA
   El estilo gótico nace con la arquitectura y se caracteriza por la utilización de bóvedas de crucería y arcos ojivales. Una invención técnica, el arbotante, además de ayudar a expresar la idea de independencia de las partes del edificio, pirmitió aumentos en la altura de los mismos y la liberación de los muros de sus efectos portantes, permitiendo así el uso y florecimiento del vitral. Otras invenciones como la columna estatuaria, permitieron sostener y reforzar la idea de compromiso de todas las partes. El estilo gótico a diferencia del románico se basó en una depuración de elementos ornamentales, decorativos y en la supremacía de la luz.  La idea de Dios como luz a la inversa de la idea románica de Dios como misterio y penumbra que había que descubrir.  El tema y las formas cambian si bien el estilo románico y gotico coexistieron por mucho tiempo. Pero ahora el gótico representaba los cambios de pensamiento y materiales experimentados por la sociedad medieval a partir del Siglo XII. Este cambio puede verse en los temas trabajados por los artistas, temas  que emanan sensaciones visuales y anímicas muy diferentes a las vividas a través del arte románico.  Las sensaciones eran provocadas por la composición del propio edificio (u obras pictóricas góticas), mucho más luminoso y altos  que un edificio románico a causa de la filtración multicolor (por vitrales) de la luz.

El MUNDO DE LA CATEDRAL
Catedral de  Chartes
   En el siglo XII, se acelera el movimiento de expansión que había comenzado en el siglo anterior. Signo de este movimiento son las cruzadas, los nuevos pueblos surgidos en las rutas de peregrinación o en el camino de los cruzados, el aumento de tierras cultivadas y la mejora de la agricultura. Las abadías se reunen en congregaciones, la naciente burguesía controlará la vida en las ciudades donde se potenciará el comercio terrestre mediante las ferias (las más importantes la de Champagne en Francia y la del Camino de santiago en España.  Así, el sentimiento religioso tomó otro tinte, en cuanto a la relación con Dios . Ahora interesa más la naturaleza como tal y el cuerpo humano es más realista. Lentamente los temas cambian y se van dejando de lado los bestiarios, decoraciones geométricas y la oscuridad propios del estilo románico.
  La catedral es el símbolo material del estilo gótico y representa la ciudad rencida. se reconoce que la vitalidad de las ciudades se debe al campo y su trabajo, de ahí que en pintura gótica se representen los trabajos campesinos.  La catedral gótica celebra también la fortuna de la ciudad y de la Burguesía. Junto al edificio surgen las escuelas catedralicias que impartían educación , una educación más abierta al mundo y a los hombres que la del monasterio. A pesar de este hecho no debemos olvidar que se educaban muy pocos y eran integrantes de los grupos sociales privilegiados.
Espiritualidad y misterio de las catedrales. El laberinto de Chartres.
   En la nave mayor de la catedral de Chartres aparece trazado un célebre "laberinto", cuyos 13 metros de diámetro lo convierten en el mayor de los conservados para la época gótica. A diferencia de los laberintos de la Antigüedad (empezando por el del Minotauro en Creta), el de Chartres sólo ofrece una ruta posible a través de una línea continua trazada a lo largo de 262 metros y 11 círculos concéntricos hasta llegar al centro. No existe ninguna referencia documental sobre su significado y nadie sabe qué pretendieron representar con él sus constructores. Tal vez servía para que los peregrinos alcanzaran un estado de trance, dando gran cantidad de giros hasta llegar al centro, donde según algunas noticias hubo hasta 1828 una escena del héroe griego Teseo luchando contra el Minotauro.
Fuente: HISTORIA National Geographic. Número 40.        Blog: Arte Historia Ciencia

Laberinto en el centro de la Catedrál de Chartres

 VIDA INTELECTUAL, EL PUEBLO  Y SU RELACIÓN CON LA CATEDRAL
  Un ejemplo de arte gótico en arquitectura religiosa es la Catedral de Notre Dame de Paris (Nuestra señora). la misma demandó dos años de trabajo y que como toda iglesia gótica se comenzó por la cabecera. En 1182 se consagró el altar mayor  y el obispo, mauricio de Sully, pudo celebrar allí la primera misa, con el edificio inacabado.  El mismo fue uno de los primeros en incorporar el sistema de arbotantes, que permiten transmitir al exterior el peso de las bóvedas y así liberar el peso de los muros.  Se encuentra en lo que se conoce como Ille de la Cité (Isla del río Sena) Eata zona constituía el núcleo antiguo de la ciudad, concentrando la vida religiosa y política y junto con la catedral se levantaron el Palacio Episcopal (vivienda delarzobispo de Paris y el Palacio de Justicia.  Esta catedral jugó un papel muy importante en la historia de Francia, a pesar de que los reyes, en general eran coronados en Riems y enterrados en San Denis,  otras ciudades y centros religiosos de Francia con sus respectivas catedrales goticas).
 

Justamente por ser algo ignorado por los reyes el templo se integró a la vida del pueblo. En la catedral tenía lugar por ejemplo, una celebración, la fiesta delAsno. Tenía lugar cada 26 de diciembre; un personaje ataviado como un alto mandatario de la iglesia, entraba a la catedral montado en un burro, mientras que cientos de fieles disfrazados de manera grotesca lo celebraban. Por otro lado la catedral reunió en su interior a cursos y maestros, desarrollándose una vida intelectual muy intensa.




Vocabulario de arte
Arbotante:  Arco de apoyo exterior que  contrarresta el empuje de algún arco o bóveda.
Arquitectura: Arte de proyectar y construir edificios civiles o religiosos.
Bóveda: Techo o cubierta de superficie curva de un recinto entre dos muros o entre muros y columnas.
 
Bóveda de Cañón:  En arquitectura se emplean diversos tipos de bóvedas. La más sencilla es la bóveda de cañón, construida como el desarrollo horizontal de un arco de medio punto (su forma se asemeja a un medio cilindro), que se apoya sobre dos muros rectos.
 
Bóveda de Crucería: Sistema constructivo propio del estilo gótico, en el cual la forma de bóveda se logra mediante el cruce de arcos diagonales, llamados también ojivas o nervios.
   
Cabecera: Extremo de la nave de la iglesia donde esta el altar mayor y se celebra el culto.
Capitel: Parte superior de una columna.
Contrafuerte: Pared saliente en el paramento de un muro, para fortalecerlo.
Crucero: Parte de una iglesia donde se cruzan la nave central y la transversal.


Fuste: Parte central de la columna, entre la base y el capitel.
Gárgola: Elemento decorativo propio de las catedrales góticas. Son esculturas adosadas en las cornizas de los edificios, sobre todo religiosos.
Mandorla: Ornamento en forma de almendra que rodea una figura.
Pantocrator: Cristo en majestad, juez de los hombres.
Planta: Distribución arquitectonica de los espacios de un edificio.
Pintura:   Arte de pintar. || 2. Tabla, lámina o lienzo en que está pintado algo. || 3. Obra pintada.
Pórtico: Espacio cubierto con el techo construído en la entrada de un edificio.


Vitral: Vidriera de colores, ventanas con vitrales.


ILUSTRAMOS CON EJEMPLOS EL VOCABULARIO DE ARTE

Catedral gótica y sus elementos constructivos
  
Arbotante


Esquema, arco de ojiva y arbotantes del Gótico
























Esquema de Bóveda de Crucería
 con arcos ojivales
 
Bóveda de Crucería
 

Bóveda de Cañón
en forma ojival


Gárgola de catedral de Paris

 
Capitel de columna románica


Los distintos elementos

 
Ventana con vitrales de colores

 

Corte frontal de la nave
 de catedral gótica


                      Novedades de la Arquitectura Gótica


  El amor cortés
   Apareció en el sur de Francia en el siglo Xi, era una nueva forma de amar que consistía en una relación muy refinada, fundada en el amor que el caballero tenía por la dama. La cortesía dio enseguida su nombre a todo un comportamiento social que quedaba reservado a la elite de la nobleza. El amor cortés exaltaba la sumisión consentida del hombre hacia la dama a la que amaba. Debía guardarse en secreto y para el que lo sentía era a menudo una fuente de dicha, a veces de dolor y, sobre todo, de proezas. Y es que para complacer a su amada y mostrarse digno de su amor, el caballero debía acometer las más fabulosas hazañas, dando muestras de su bravura, fuerza y coraje.

   La belleza era inseparable del amor cortés, como la juventud, el espíritu aventurero y el deseo de complacer. Igual sucedía con el cuidado de la apariencia física y la suntuosidad de la palabra, así como con la riqueza de las armas y armaduras, en consonancia con el refinamiento de las costumbres: vistosos trajes, tejidos de seda procedentes de oriente, deslumbrantes joyas de oro y piedras preciosas.
   La dama cortés además de bella, debía ser buena amazona, saber cazar con halcones, tocar instrumentos, cantar acompañándose de arpas, flautas traversas o el laúd, y bailar. Conocía los escritos de los poetas y componía poemas y canciones. Debía ser capaz de conversar sobre cosas del amor y sobre la filosofía del amor cortés.  Los primeros que cantaron el amor cortés o fin´amor fueron los poetas de Occitania, al sur de Francia.  Los jardines, en el interior de los recintos del castillo, donde se plantaban flores o especies olorosas y se adornaban con fuentes y setos floridos; ofrecían a los amantes corteses el lugar ideal para encontrarse o recitarse poemas, escuchar música y narrar relatos.